El hombre invisible
“¿Seguro que esto es lo que quieres?” Dijo la bruja, mostrando una sonrisa sardónica.
Respondí asintiendo la cabeza.
Salí, ahora invisible, de su guarida. Listo para mis fechorías.
Pero que encontré sino una noche del más profundo negro, pues parece que al hombre invisible la luz también le atraviesa los ojos.
“Ten cuidado con lo que deseas”